miércoles, 2 de julio de 2008

Lamparitas de bajo consumo.

La organización Greenpeace Argentina está impulsando una campaña de recolección de firmas para que el Congreso de la Nación apruebe una ley de prohibición de lámparas incandescentes. De aprobarse este proyecto sería implementado en el año 2010.

En diferentes medios de comunicación se advirtió el riesgo de contaminación en las bombillas de bajo consumo debido a que estas contienen mercurio en su interior, y una vez que no se usan más es muy peligroso desecharlas con los residuos comunes. Debido a la alarma que esta información provocó, en la página de Greenpeace se publicó en el mes de febrero una nota de opinión de Rosario Espina, coordinadora de la campaña contra el Cambio Climático. En esta nota básicamente se destacan los beneficios de las lámparas de bajo consumo, ya que ofrecen un ahorro de energía del 75% al 80% en comparación con las lámparas incandescentes. Si bien es cierto que el desechar estas lámparas con el resto de los residuos implica un peligro para el ambiente, esto se soluciona tan sólo con una acción por parte del gobierno para que se haga un plan de desecho diferenciado de lámparas de bajo consumo.
Nos pareció importante compartir esta información porque es probable que en pocos años en todas las casas haya lámparas de bajo consumo y es fundamental conocer tanto los beneficios como los problemas que también pueden provocar. La idea no es asustar sino prevenir. Para evitar la contaminación hay un mecanismo sencillo que es desechar las lámparas separadas de los otros residuos, y que el mercurio no contamine al ambiente. Cuando la ley esté aprobada hay que exigir mecanismos de prevención por parte del gobierno y de las empresas que fabrican estas lamparitas. Una vez hecho esto, se podrá aprovechar al máximo el ahorro de energía, evitando el calentamiento global desde cada hogar.
Les dejamos una información muy interesante para que lean.
1] El ahorro que una LFC ofrece puede ser del 75% al 80% respecto de una lámpara incandescente para la misma potencia lumínica.


2] Las lámparas de bajo consumo duran entre 5 y 10 veces más que las incandescentes.


3] Al aportar a la eficiencia energética, reducimos la dependencia de fuentes contaminantes y caras como los combustibles fósiles y la energía nuclear.


4] Las lámparas de bajo consumo tienen mil veces menos mercurio que un termómetro clínico y cien veces menos que un clásico tubo fluorescente.


5] Si bien su precio es más elevado que las incandescentes, el costo se recupera rápidamente por su efectividad y duración.

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